Tradiciones – DOD Blueprint https://dod.mmediaweb.com Tue, 29 Apr 2025 02:05:00 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Tradiciones mexicanas representadas en el arte popular https://dod.mmediaweb.com/tradiciones-mexicanas-representadas-en-el-arte-popular/ Mon, 05 Oct 2020 20:22:00 +0000 http://dayofthedead.com/?p=3130 Texto y Fotos por Mary J. Andrade

Published in La Oferta Newspaper

Don Pedro Linares

Ciudad de México, octubre 16, 1991 – En el libro “Tesoros Populares de México” publicado recientemente y que presenta casi 50 años de actividad de Nelson Rockefeller como coleccionista, se encuentra reproducida en la página 141 la Chichtuilotera de Miguel Linares. La chichtuilotera es una vendedora de pájaros (calavera), con su pequeño hijo (calaverita) en la espalda, sostenido por un rebozo.

Los Linares se han inspirado en las actividades diarias de los habitantes de la ciudad y en sus exposiciones de Día de los Muertos rinden homenaje a los personajes regionales que van desapareciendo, ante el empuje de una vida más agitada.

Al terminar la temporada de muertos, se inicia otro periodo de creatividad para ellos: el de la Navidad, los nacimientos y la famosas piñatas consumen largas horas de producción de toda la familia. “Antes se hacían las piñatas sobre una olla de barro. Se les ponía una cabeza, las manos y los pies se hacían de papel. Las cabezas las diseñábamos nosotros y eran esas caretas, las que salíamos a vender en las calles”, recuerda don Felipe sin detenerse en su trabajo.

Felipe Linares

La demanda de cada temporada pone a trabajar a los miembros de esta familia de 12 a 14 horas al día, En la actualidad solo aceptan órdenes y las piñatas sirven más bien de adornos en establecimientos exclusivos.

Exposiciones del trabajo de los Linares se pueden encontrar en galerías y museos de varias ciudades norteamericanas. En el Museo Pompidou de París, existe una colección permanente del trabajo de don Pedro, sus hijos y sus nietos.

El taller de la familia Linares está ubicado en el tercer piso de la vivienda que ellos ocupan. “Se llega él subiendo por una escalera de metal. Don Pedro, a pesar de sus 85 años, la sube con mucha ligereza, tal parece que la perspectiva de dedicarse a crear pone alas en sus pies.

Alas, colas, caras traviesas y miradas pícaras son sinónimos de sus alebrijes. Sus figuras hacen detener al turista que distraídamente recorre las boutiques de uno de los sectores más exclusivos del Distrito Federal: la Zona Rosa.

Es indiscutible que el movimiento y la picardía que se observa en los alebrijes persiguen al que cae bajo su hechizo.

Fotógrafo ambulante.

Pero, si el gusto del coleccionista es más fuerte, entonces lo ideal es arribar a la Ciudad de México en temporada de muertos y comprar una de sus calacas. Cada año ellos crean figuras originales: si Ud., amigo lector, tiene la intención de adquirir una es mejor que se apresure y llegue antes de que le gane la delantera un museo extranjero y lo deje con las manos vacías.

Diseñado en papel maché, el trabajo de don Pedro Linares y su familia es presentado en museos nacionales e internacionales, como una muestra de la creatividad de estos mexicanos, quienes por años han dado paso libre a su imaginación, creando figuras que van desde lo extremadamente cómico hasta lo grotesco, dependiendo de la temporada en que se encuentren.

Nativo de la Ciudad de México, don Pedro Linares de 85 años de edad, patriarca de esta familia de artesanos, recuerda los años difíciles cuando para ganarse el sustento, complementaba su trabajo de albañil con el de hacer figuras especiales de Judas para la Semana Santa y de piñatas para la época navideña.

Los Judas, una tradición que se va perdiendo, consistía en figuras  gigantes hechas de cartón, que se confeccionaban representando generalmente a un político, que precisamente por la naturaleza del personaje, se convertía en sinónimo de la traición a las esperanzas puestas en él por el pueblo. El Sábado de Gloria, a las diez de la mañana, este personaje era quemado ante la mirada alborozada de grandes y chicos.

Esta tradición, en la cual participaban los dueños de los negocios, ya que eran ellos quienes compraban las figuras llenas de cohetes, está declinando, en primer lugar, por el alto costo que demanda su confeción y por la prohibición dada por la Ciudad de que se quemen en público.

Calacas.

Desde su casa en el barrio de San Nicolás, localizada detrás del Mercado Sonora en el Distrito Federal, lugar donde ha vivido toda su vida, don Pedro ha visto declinar muchas tradiciones, al mismo tiempo que la necesidad de subsistir y su imaginación lo llevaban a crear figuras originales; diseños que han llegado a exhibirse en museos y galerías de arte.

Don Pedro, quien aprendió el trabajo de su padre, José Dolores Linares, nativo del Estado de México, ha transmitido sus conocimientos y creatividad a sus hijos Enrique, Felipe y Miguel y a sus nietos Leonardo, David y Felipe. En la actualidad son tres generaciones que laboran íntimamente unidas, en un proceso de creatividad intenso frente a la demanda del público.

Felipe Linares comenzó a trabajar con su padre cuando tenia ocho año de edad; él salía a las calles a vender las piezas que colgaba de un palo, en forma exagonal: los Judas en Semana Santa y las piñatas en Navidad.

“En esa época nuestra forma de vida era muy difícil, ya que las figuras que mi padre hacía, se vendían muy baratas y se trabajaba en ellas solamente por temporadas”, comentó don Felipe al recordar sus largos recorridos por las calles de la ciudad.

Pedro Linares, conocido también por muchos como uno de los famosos y legendarios cartoneros, comenta que sus figuras de alebrijes nacieron de una visión que tuvo en una ocasión, cuando se encontraba gravemente enfermo. Durante esa experiencia vio dragones con dientes afilados y ojos sobresalidos que volaban acechándolo.

Esa visión lo llevó a iniciar cambios en sus diseños, y hacia 1945 surge la idea de cambiar la cabeza de los Judas por las de dragones. “Para 1950 habíamos completado nuestra transición hacia las figuras de los animales, el engrudo y el papel se transformaban en monstruos exhuberantes. Mi padre los creó, dándoles características únicas, a lo que hoy se conoce como los alebrijes”, comentó Felipe Linares.

Y fue precisamente en las calles, cuando se ofrecían al público, que los alebrijes despertaron el interés del entonces Director del Museo de Arte Popular, quien compró todas las figuras confeccionadas hasta esos momentos.

Este fue el inicio de una demanda que no se detiene y que más bien crece día a día, al ubicarse las piezas de la familia Linares en galerías, museos y boutiques.

En mi caso, fue en una tienda especializada en artesanía, en Oaxaca, donde los alebrijes llamaron mi atención. Tuve que esperar varios meses antes de establecer contacto con don Pedro y Felipe Linares, para realizar esta entrevista y poder admirar de cerca las distintas figuras.

Los alebrijes, calacas, piñatas y nacimientos se mezclan, inconclusos, en el piso de la azotea desafiando la creatividad y dedicación de los dueños del taller. Ellos no dejan pasar el tiempo, sus manos se mueven velozmente sobre el papel y el engrudo, material con el que expresan su creatividad.

La demanda del trabajo de los Linares se relaciona con las festividades de las temporadas. En septiembre hacen caricaturas de los heroes de la Independencia Mexicana y en octubre se dedican exclusivamente a las figuras de Día de los Muertos.

La orginalidad de las famosas calacas es indiscutible y el sello que esta familia les imprime a sus diseños es fácilmente reconocible. Durante los últimos 30 años, cada octubre, los Linares realizan una exposición especial en el Museo de Arte Popular de la Ciudad de México. La de 1990 contó con 15 piezas de 1.25 a 1.30 mts. de altura, entre las cuales se destacaban las figuras de un charro (calavera) con su china poblana (calavera) montados en un caballo (esqueleto), posando para un fotografo (calavera). Esta colección fue vendida a un Museo de San Luis Missouri por veinte millones de pesos.

La Lic. Laura Osegura, Directora del Museo Nacional de Artes e Industrias Populares del Instituto Indigenista, nos informó que el Sr. Pedro Linares habia sido propuesto como candidato al reconocimiento del Mejor Artesano del País. “Es un reconocimiento que por la calidad de su trabajo y por los años que le ha dedicado, se le debe a Dn. Pedro”, comentó la Lic. Osegura.

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Velas de cebo, una tradición que guía las ánimas en Día de Muertos de México https://dod.mmediaweb.com/velas-de-cebo-una-tradicion-que-guia-las-animas-en-dia-de-muertos-de-mexico/ Sat, 26 Oct 2019 19:43:14 +0000 http://dayofthedead.com/?p=3119 Fotos por Mary J. Andrade

Nacajuca (México), 26 de octubre (EFE).- Por generaciones, los indígenas chontales de Nacajuca, en el suroriental estado mexicano de Tabasco, elaboran las tradicionales velas de cebo que simbolizan la luz del regreso de los fieles difuntos en el Día de Muertos en México, del 1 al 2 de noviembre.

En el poblado Jiménez, del municipio de Nacajuca, los chontales concluyen estos días la elaboración artesanal de las veladoras, una costumbre antigua que fue retomada a finales del siglo XIX y que poco a poco se extingue por la apatía de las nuevas generaciones.

“Es un trabajo que aprende uno a hacerlo y te ganas una lanita (un dinero). La nueva generación ya no quiere nada con esto, no les interesa, se va perdiendo”, lamentó este sábado a Efe Domitilo de la O Peralta.

En este sentido, el artesano explicó que ni sus hijos ni sobrinos están ya interesado en heredar esta antigua costumbre.

Él es el único de cuatro hermanos que continuó la tradición. Adicionalmente, cada vez es más difícil conseguir la grasa de res en las comunidades debido a su alto costo y su compleja elaboración, lo que hace subir el costo de la materia prima.

“Yo hago unas 5.000 velas, antes se hacían más, antes había bastante grasa (para las velas), ahorita se va agotando y la tradición también, como que se va dejando de hacer hasta en el panteón de la gente que está dejando lo tradicional”, dijo.

Según la tradición, las velas guían a las ánimas en los altares montados en hogares mexicanos.

Como peculiaridad, no generan prácticamente humo y tiene forma espigada.

Son quemadas durante la noche del 1 de noviembre en el Día de Muertos, así como en rezos a lo largo de todo el mes.

UN TRABAJO ARTESANAL Y EN EXTINCIÓN

En alrededor de hora y media que tarda cada vela en ser consumida, se invierten al menos 24 horas en la elaboración de cada pieza, de acuerdo a Domitilo, quien desde los 13 años las fabrica junto con sus hermanos y varias de sus esposas.

Cada año, al comenzar la tercera semana de octubre, alista los ingredientes recipientes y estructuras necesarias para dar forma a las veladoras, obtenido de la grasa de las reses y acumulada desde un año anterior.

Durante el proceso de elaboración, la grasa animal se derrite a fuego de leña, en el interior de barriles de metal, un proceso de curación combinado con parafina.

Posteriormente, los pabilos son remojados repetidamente hasta llegar a 30 repeticiones para lograr el grosor en diferentes etapas.

El trabajo rústico en su fabricación puede llevar un día entero si las inclemencias del tiempo lo permiten, de lo contrario, una lluvia podría arruinarlo todo.

“El primer paso es tener la grasa de res y el segundo paso es comprar la parafina para el proceso, el pabilo y papel hilo. Aquí le estoy presentando la vela ya elaborada, terminada para envolverla”, explicó.

Una vez secas y sólidas son empaquetadas en papel periódico para su posterior venta en mercados públicos y tiendas. Domitilo dice que antes de que la crisis y el desdeño de sus hijos lo golpeara, sus hermanos elaboraban entre 10.000 y 15.000 velas de cebo, una cifra que ahora se redujo a 5.000.

Las vende a unos diez pesos (unos 0,5 dólares) la unidad.

Bajo un improvisado taller junto a su vivienda se encuentran colocados barriles donde realiza la mezcla del cebo con la parafina, cada uno situado sobre leña cuyo fuego mantiene derretido el contenido durante unas 13 horas.

La faena se inicia de madrugada y termina pasado el mediodía.

Con la ayuda de su familia, que también se dedican a estas fechas a elaborar las velas, toman los moldes con los hilos en los cuales se adhiere la mezcla y a la vez sirven de mechas para después comenzar la fabricación de cada una de ellas.

Hasta hace 20 años, al menos 6 localidades indígenas elaboraban este producto, pero a la fecha la mayoría de talleres lucen abandonados y son transformados para la fabricación de artesanías de bejuco y de madera fina.

En los altares de muertos se colocan fotografías de los difuntos, así como alimentos que en vida les gustaba consumir.

Y al pie de estos, quienes todavía mantienen la tradición, colocan varias velas de cebo, ya sea en el suelo o sobre una tabla angosta de madera.

De acuerdo con las costumbres, hay quienes solo queman las velas hasta el día previo al Día de Muertos, en la creencia de iluminar el camino a las ánimas.

En otros hogares, las queman en su totalidad la noche del 1 de noviembre o madrugada del 2 de noviembre, al igual que en los rezos en memoria de los difuntos.

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La celebración de la muerte en Michocán https://dod.mmediaweb.com/la-celebracion-de-la-muerte-en-michocan/ Mon, 08 Apr 2019 20:57:39 +0000 http://dayofthedead.com/?p=2952 Texto por Julie Sopetrán

Fotos por Mary J. Andrade

Michoacán

Fuente de las Tarascas

En el idioma nahuatl, sería Michihuacan que quiere decir «lugar de pescadores» o «lugar de la gente que tiene pescados». Este lugar nunca fue dominado por los aztecas. En sus hermosos campos vivieron los otomíes que dieron origen a la raza chichimeca que más tarde se llamó purépecha. Todavía podemos contemplar la belleza de esta raza y sus grandes dotes artesanas, la capital de este gran imperio se estableció en Tzintzuntzan, que se pronuncia Sinsunsan, allí vivía y gobernaba Tangaxuán II, que fue el último monarca purépecha cuando llegaron los españoles (1522).

Vista de la Catedral de Morelia

Cristóbal de Olid, fue el primer español que llegó a Michoacán y consiguió por medios pacíficos que esta raza aceptara a Carlos V, sin que Tangaxuán II, perdiera su categoria de rey. Esto fue algo muy hermoso en los primeros pasos españoles en Michoacán, lástima que más tarde, en 1530, Nuño de Guzmán, desconociera estos reales acuerdos y eliminara por completó a Tangaxuán II, contándose las más criminales y humillantes historias que acabó con gran parte de los purépechas. Más tarde llegaron los misioneros y se engrandecieron los valores culturales estando a la cabeza Vasco de Quiroga, llegaron agustinos y jesuitas y así se fundaron colegios y misiones de gran importancia para Michoacán. También se la llamó la antigua Valladolid.

Fuente parque central de Morelia

Está ubicado entre la Costa del Pacífico y la Meseta Central. Es un Estado que conserva una gran variedad de paisajes y climas. Limita al norte con Guanajuato, al este con el Estado de México; al sur con Guerrero y el Océano Pacífico, al suroeste con Colima y al noroeste con Jalisco. Su capital es Morelia, la colonial, enriquecida con grandes monumentos, cuna del cura Don José María Morelos y Pavón, discípulo de Miguel Hidalgo, que tanto tuvo que ver en la historia moderna de México.

La artesanía, la comida, el paisaje, la gente encantadora, y ante todo la fiesta por excelencia, una fiesta rara en el mundo, pero de una incomparable belleza, la fiesta del Día de los Muertos, da significado y vida a Michoacán.

Noche de Muertos

Velación en el cementerio de Cucuchucho.

Velar a los muertos no es nada fácil, es simplemente enfrentarse al misterio con valor, con dignidad, con humor, con esa filosofía que sólo el mexicano conoce profundamente. La identidad de esta fiesta es velar, contemplar, embellecer la muerte, lo pasado, lo efímero. ¿Cómo? Lo pagano y lo religioso se mezclan, confirman en su abrazo el mito y la leyenda, se hacen símbolo realista en las manifestaciones humanas. Un respeto se apodera del alma que contempla. Respeto a los que velan, respeto a los que ya no están. Y a pesar de todo: fiesta.

Janitzio

Isla de Janitzio

Uno de los lagos más bellos del mundo, el lago de Pátzcuaro, allí hay cuatro islas y una se llama Janitzio, un pueblo mágico. Allí la noche de muertos es la barca que se mueve hacia el más allá, mientras se come el delicioso pescado blanco, las enchiladas, el caldo, el pollo entalamado, las corundas de maíz o de trigo, o mientras nos tomamos un trago de rompope o la charanda con los sabrosos dulces como el alfajor de coco, la capirotada, o los chongos, mientras tanto, digo, el cementerio se ha iluminado de flores…

Flores, dulces, ofrendas

Calaveritas de azúcar

El concepto indígena de la muerte, mezclado con el cristiano, produce un resultado apacible y lleno de color ante la tumba. Los altares trabajados con tesón y artesanía están llenos de flores. La familia deposita sobre la sepultura o la tierra aquella comida que le gustaba al difunto. Se revive la vida, los gustos, y de repente se ve una botella de tequila sobre la tumba, porque «aquello le gustaba al muerto», panes, dulces, frutas y flores, muchas flores y muchos cirios encendidos y esas oraciones que no cesan y esa conformidad en los rostros indígenas, y esa paz del camposanto, tan larga, tan fuerte, tan dulce y tan amarga…

El rezandero

Esperando al rezandero en la isla de Pacanda

De repente, una voz que se alza, es el rezandero, el que reza a los muertos, canta responsos, aleluyas de muerte, oraciones muy sabidas. Lo hace en voz alta, todos le escuchan, termina y cada persona que vela le premia con el «pan de muerto», con frutos, con alimentos. Le pregunto quién le enseñó las oraciones, «de siempre», me dice, «todo el año rezo por los que se mueren, mi oficio es rezar». No hace otra cosa, reza en la iglesia, en el cementerio, en la casa del difunto… y habla purépecha y reza en purépecha y en castellano. Recoge las ofrendas que le han regalado y se va a preparar la ofrenda de flores en el panteón, los niños le siguen porque nadie reza Como él.

Leyenda

Pescador, lago de Pátzcuaro

Entre las muchas leyendas del día de muertos, hay una muy hermosa: «Esta noche surge la sombra de Mintzita corazón, hija del Rey Tzintzicha, y la de Itzihuapa, hijo de Tare y principe heredero de Janitzio. Se enamoraron locamente, pero no pudieron desposarse porque llegaron los conquistadores. El padre de Mintzita estaba preso, en manos de Nuño Guzman y la princesa quiso rescatarlo, le ofreció al español un tesoro fabuloso que se encontraba bajo las aguas. Cuando el esforzado Itzihuapa se apresuraba a extraerlo se vio atrapado por veinte sombras de los remeros que lo escondieron bajo las aguas y que fueron sumergidos con él. Itzihuapa quedó convertido en el vigésimo primer guardian de tan fantástica riqueza. Pero en la noche de Día de Muertos, despiertan todos los guardianes del tesoro, suben la empinada cuesta de la isla. Los dos príncipes se dirigen al panteón para recibir la ofrenda de los vivos y las luces plateadas de la luna, los dos espectros se musitan palabras cariñosas y entre las llamas inciertas de los cirios, se ocultan de las miradas indiscretas…». Los habitants son «adoradores de las flores» y creen ver a los principes enamorados.

La flor de «cempasúchil»

En México la flor de la muerte es la flor de cempasúchil, que bien se parece a nuestros claveles chinos, una flor amarilla, dorada, con olor a clavel, esta flor reverencia a los muertos. Las orquideas que los indígenas utilizan para adorar a sus dioses y que el cristianismo ha adoptado por su sentido poético. Las dalias, la flor de la canela, flor de Changunga, se adornan los balcones, las calles, las iglesias. Otro de los adornos en las tumbas son las servilletas bordadas donde depositan los manjares que en vida fueron del agrado de sus difuntos. Los hombres observan lo que hacen, lo que cantan, lo que rezan las mujeres. La campana llama a las ánimas. Los cantos tarascos imploran y es un deber en Janitzio honrar en estos días a los muertos.

Velación de angelitos

Velación de los angelitos, Janitzio

El dia primero de noviembre, los niños madrugan y van a velar a sus hermanitos muertos. Es dulce, estremecedor ver el cementerio lleno de niños. Le pregunto que cuantos hermanitos tienen enterrados, «siete, siete muertos, cinco vivos». Va arropada en su rebozo, es una niña y me habla de la muerte. Enciende su vela, lleva un juguete de madera a su hermanito, «a él le gustaba jugar con este juguete y él hoy viene aquí y lo ve, yo no lo veo jugar, pero yo no tengo que verlo, él ya ha tocado su juguete», el juguete de tule y paja…

Velación de los angelitos, Pacanda

Son tantas cosas, tanta vivencia la de esta fiesta en México, que podría rellenar péginas. Para terminar recordaremos las calaveras de azúcar, los esqueletos tocando el saxofón o el «pan de muerto» tan dulce como la vida misma. Para el mexicano la muerte es un ingrediente más, una sonrisa o una lágrima disimulada en la flor de cempasúchil, los mercados, la cerémica descarna en el barro nuestro propio esqueleto, y aquello que parecía horrible, se convierte en arte, en magia, incluso se nos hacen simpáticos los huesos de la muerte, ella también es fiesta y los niños lo saben y no están asustados. Le pregunto a una niña si le tiene miedo y me contesta: «¿y por qué asustarse de la paz, verdad? No, no hay por qué.

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La ofrenda en la Huasteca Hidalguense https://dod.mmediaweb.com/la-ofrenda-en-la-huasteca-hidalguense/ https://dod.mmediaweb.com/la-ofrenda-en-la-huasteca-hidalguense/#respond Sun, 16 Oct 2016 00:30:41 +0000 http://dayofthedead.com/?p=2564 Texto y fotos por Mary J. Andrade

Altar en Yahualica

La celebración de Xantolo en la Huasteca Hidalguense se ha convertido en un rito enriquecido con una serie de ceremonias. Es costumbre preparar la primera ofrenda el 29 de septiembre, día de San Miguel, ya que se considera que en esta fecha las ánimas salen del cielo, pues San Pedro les abre las puertas para que vayan a recibir desde ese momento sus ofrendas. La primera consiste en tamales y café.

Altar en Huazalingo

La segunda ofrenda se hace el 18 de octubre, día de San Lucas. En este día cosechan los plátanos verdes para que estén maduros el día de la fiesta. En esta fecha muchos limpian y pintan sus casas, muelen el cacao para el chocolate y elaboran las flores de papel para los altares, además se preparan tamales para saborear la sazón ya que tienen que comprobar si están buenos los elotes, porque el tamal de Xantolo “no es cualquier cosa”.

Altar en Huautla

La tercera ofrenda se hace el 2 de noviembre, que es cuando se realiza el convivio más grande. El día de San Andrés, el 30 de noviembre se prepara la última ofrenda de

tamales y se baja el arco, recogiendo con mucho cuidado las flores secas del cempoalxóchitl que se usarán al año siguiente para regar en los surcos. Los habitantes de algunos pueblos acostumbran ir al cementerio esa mañana, llevando sus ofrendas de comida, para así despedir dignamente a las almas de sus seres queridos hasta el año venidero.

Para poner el altar, con el arco ya forrado de palmilla y flores, se colocan sobre la mesa manteles bordados a punto de cruz o relleno con la imagen de la Virgen, así como artesanías de Chililico, que para esta celebración se pintan con colores brillantes. Los platos tradicionales que se preparan como ofrenda son el chocolate; pan casero —redondo, gordito y muy rico— cuya masa es preparada con manteca del puerco; mole de guajolote, adobo, pipián, chile relleno y tamales grandes que en esos lugares se llama tlapepecholi, tapataxtli o tlaixpiktle, el cual alcanza para dar de comer a muchas personas y que se acompaña, por separado con chile en vinagre.

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Xantolo en la Huasteca Potosina https://dod.mmediaweb.com/xantolo-en-la-huasteca-potosina/ https://dod.mmediaweb.com/xantolo-en-la-huasteca-potosina/#respond Sat, 08 Oct 2016 00:30:32 +0000 http://dayofthedead.com/?p=2272 Un tiempo para reviver la tradición y extender la riqueza de la raíz prehispánica

Texto y fotos por Mary J. Andrade

Mujer huasteca

Se sostiene que la muerte en las creencias antiguas no existía. Según las comunidades indígenas de esta zona se trata solamente de una transición, de un viaje a través del tiempo y el espacio hacia una verdadera vida; un concepto diferente de las creencias modernas en el que la muerte significa para muchos el final del camino.

Vendedora de tamales

Sin embargo, entre los habitantes de la Huasteca Potosina, el Xantolo prehispánico, reculturizado, sigue con vida a través de la práctica de la tradición.

Esta costumbre está sostenida por la fuerza vital conocida como el Chalchuíhuitl (de los pueblos prehispánicos). Es una fuerza vital que se actualiza en los tianguis grandes de los pueblos huastecos, en la siembra de la flor de cempasúchil, en la cría de los animales que sacrificarán para preparar los tamales, en la siembra del maíz, en la elaboración de las velas, en la preparación del pan muerto, en la cohetería y por supuesto en el arco o altar.

Cortando flores del campo

El Xantolo considerado como un espacio sagrado del hombre que le permite mantener viva una de sus tradiciones más hermosas, representa también el momento de comunión del hombre con el hombre, con la naturaleza y con Dios.

Es el lazo que lo une con sus antepasados y que lo proyecta como nexo con las generaciones futuras.

Para muchos, la fiesta de Xantolo tiene más importancia incluso que la Navidad, porque se trata de un reencuentro con la familia que está presente y la que se fue. Es una época, en la que los que viven afuera, que residen en otras localidades cercanas o distantes de la región, llegan a visitar a sus familiares para realizar un encuentro muy íntimo, muy estrecho en el que comparten la comida, los juegos y los recuerdos. Esto sirve para unir y fortalecer aún más el concepto mexicano de unidad, colaboración y coexistencia, que tiene la familia.

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Significado de los elementos de un Altar-Ofrenda en Morelos https://dod.mmediaweb.com/significado-de-los-elementos-de-un-altar-ofrenda-en-morelos/ https://dod.mmediaweb.com/significado-de-los-elementos-de-un-altar-ofrenda-en-morelos/#respond Wed, 05 Oct 2016 22:58:24 +0000 http://dayofthedead.com/?p=2154
  • Ofrenda nueva, Ocotepec

    El retrato del fallecido sirve para obtener la salida del alma del purgatorio, por acaso se encontrara allí.

  • Los cirios, sobre todo si son morados o si cuando menos el candelabro lleva ornamentos morado, son señal de duelo.
  • La cruz pequeña de ceniza se pone por si el alma se encuentra en el purgatorio, ayudándola a salir de ahí, para continuar su viaje hasta la presencia del Creador.
  • Las Calaveras de azúcar de tamaño mediano en el nivel superior, son alusión a la muerte siempre presente.
  • Los cuatro cirios en cruz, representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el alma pueda orientarse y pueda encontrar su camino y su casa.
  • Las tres Calaveras chicas en nivel inferior son dedicadas a la Santísima Trinidad.
  • Ofrenda nueva Cuernavaca

    La calavera grande en el nivel inferior, está dedicada al Padre Eterno.

  • El aguamanil, jabón y toalla se colocan por si el alma necesita lavarse las manos después del largo viaje.
  • El agua en la jarra es para que se moje los labios resecos por el largo viaje desde el más allá.
  • El licor, tequila preferentemente, es para que recuerde los grandes acontecimientos agradables durante su vida y se decida visitar a los parientes.
  • El copal sirve para que su humo limpie el lugar de malos espíritus y así pueda entrar el alma a su casa sin ningún peligro.
  • La comida tiene por objeto deleitar el alma con su aroma.
  • La cruz grande de ceniza sirve para que al llegar el alma hasta el altar, pueda liberarse de sus culpas pendientes.
  • Las flores sirven para adornar y aromatizar el lugar durante la estancia del alma, así cuando le toque marcharse, se irá contento de la bienvenida ofrecida por sus familiares.
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    Festival de Tradiciones de Vida y Muerte Xcaret, Quintana Roo https://dod.mmediaweb.com/1789-2/ https://dod.mmediaweb.com/1789-2/#respond Sun, 25 Sep 2016 21:02:19 +0000 http://dayofthedead.com/?p=1789
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    Jimbankua en Michoacán: Una tradición que honra con flores a los muertos https://dod.mmediaweb.com/jimbankua-en-michoacan-una-tradicion-que-honra-con-flores-a-los-muertos/ https://dod.mmediaweb.com/jimbankua-en-michoacan-una-tradicion-que-honra-con-flores-a-los-muertos/#respond Sat, 25 Oct 2014 21:16:04 +0000 https://dod.mmediaweb.com/jimbankua-en-michoacan-una-tradicion-que-honra-con-flores-a-los-muertos/ Texto y fotos por Mary J. Andrade

    Durante los últimos días de octubre y primeros de noviembre, las habitantes de las poblaciones p'urhépechas detienen su andar,

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    Texto y fotos por Mary J. Andrade

    Guarecita vendedora de flores

    Durante los últimos días de octubre y primeros de noviembre, las habitantes de las poblaciones p’urhépechas detienen su andar,

    para celebrar la vida de quienes dejaron un legado de amor a su familia y de servicio a su comunidad.

    En el área de la Meseta Purhépecha, la Fiesta de los Muertos se conoce como Jimbankua, la celebración que rinde homenaje al recuerdo de los fallecidos, con lo más hermoso que la Naturaleza ofrece: las flores.

    Flores del Día de los Muertos

    Llevando a casa las flores para el altar

    No sólo la flor de cempasúchitl adorna altares y tumbas aquí, los habitantes de la región utilizan también tres diferentes clases de orquídeas de la temporada: la jóskua tsitsíki, de color morado y tonos blancos que se cree representa el espíritu del fallecido; la parakata tsitsíki o flor de mariposa de color amarillo y tonos café y la tiringui tsitsiki de tonos dorados y aroma agradable. Los deudos las combinan en los arreglos con la flor de muerto y con la roja de terciopelo, logrando hermosos diseños en el arco que tradicionalmente se coloca junto al altar primero en el hogar, y luego sobre las tumbas, el día de la velación.

    Los caballitos “enrosados”

    Aparte del altar que da la bienvenida a las almas en los hogares, en San Ángel Zurumucapio, una población de la Meseta, existe otra forma especial de alegrarlas: los caballitos “enrosados”. Varios miembros de la familia se dedican a confeccionar el armazón, con varas de laurel sujetas con cáñamo, el día anterior a la velación en los hogares.

    Caballito enrosado

    En la noche y durante el ritual de las visitas que llegan con ofrendas y que colocan al pie del altar, el armazón es decorado con claveles blancos y la flor amarilla del cempasúchitl. Al terminar la “enrosada” lo ponen sobre una mesa cubierta con un mantel blanco y tanto el altar como el caballito se convierten en el centro de atención de los deudos, quienes los velan con cirios encendidos.

    El caballito se decora con flores durante la noche para que el frío las mantenga frescas, ya que será transportado al día siguiente al cementerio y colocado sobre la tumba. La banda del pueblo nunca falla en el acompañamiento, antes y después de los rezos.

    La velación se hace durante el día en muchos de los cementerios de la Meseta, diferente a lo que se realiza en las poblaciones aledañas al Lago de Pátzcuaro e incluso en dos de las islas: Janitzio y Pacanda, donde el ritual de la velación por las almas de los adultos tiene lugar durante toda la noche.

    Similitudes y diferencias

    Altar Meseta P’urhépecha

    Sobre los rituales con los que se celebra la Fiesta de los Muertos en las cuatro áreas donde viven los purhépechas en el estado de Michoacán, la antropóloga Aída Castilleja hace énfasis que éstas se pueden encontrar también en otras ceremonias. “Los purhépechas comparten la misma raíz cultural, pero cada población crea una forma especial para demostrarlo, generando de esa manera una identidad común”.

    El arco

    El arco que adorna el altar y que luego se coloca sobre la tumba tiene en su estilo, diferencias. En el área de Patzcuaro se diseña de forma cuadrada o rectangular, con dos varas que se cruzan en el centro, y con una cruz pequeña en la parte superior. En las poblaciones de la Meseta, el arco vertical lleva un semicírculo en la parte superior. Los arcos se decoran con el amarillo del cempasúchitl, y se adornan con panes y figuras hechas de azúcar, a la vez que les cuelgan frutas de la temporada.

    Las ofrendas en el altar

    Ofrenda nueva Zacán

    Existen muchas maneras de colocar el altar y adornarlo. Depende de la creatividad de cada familia, aunque tanto en la Meseta Purhépecha como en el Área del Lago de Pátzcuaro, se siguen ciertos lineamientos. Por ejemplo, en Santa Fe de la Laguna las ofrendas de frutas y vegetales se colocan en el piso sobre petates. En algunas poblaciones de la Meseta se hace algo parecido; en cambio, en otras, se utilizan las mesas cubiertas con manteles blancos para colocar las ofrendas de comida y bebidas.

    Como es tradicional, en los altares se colocan las imágenes religiosas y la fotografía del fallecido a quien se le dedica la ofrenda nueva, con algunos objetos que le pertenecieron en vida.

    La Velación de los Angelitos

    En el área del Lago de Pátzcuaro, los niños realizan el ritual de la Velación de los Angelitos. Temprano el primero de noviembre acuden al cementerio acompañados de sus madres y abuelas. El padre transporta el arco y lo coloca en la cabecera del sepulcro; hecho esto, él regresa a sus labores. Las madres y abuelas se quedan con sus hijos, acompañándolos a la distancia, mientras los menores colocan las bandejas con las ofrendas de comida cubiertas con servilletas bordadas en punto de cruz, encienden las velas, comparten algunos de sus juguetes o interpretan una melodía con instrumentos musicales, en honor a su hermanito o hermanita fallecidos. Por tres horas los niños realizan este ritual, a través del cual aprenden a honrar a sus muertos.

    Velación en los cementerios

    Cementerio Huáncito

    En la mayoría de las poblaciones del Área de Pátzcuaro, la velación se realiza por la noche. Alrededor de las cinco de la tarde los familiares comienzan a iluminar las tumbas sobre las cuales, en algunas ocasiones colocan hasta tres arcos, formando pequeñas “habitaciones”.

    En otras poblaciones, la velación se realiza a partir de la medianoche del primero de noviembre hasta la mañana siguiente. Muchas familias llevan sillas y forman semicírculos alrededor del sepulcro. Jóvenes cansados se recuestan a un costado, y para protegerse del frío de la madrugada se envuelven en frazadas.

    Durante la noche no faltará un sacerdote para oficiar la Misa y al amanecer los familiares comenzarán a compartir las ofrendas preparadas especialmente para sus muertos.

    Horas más tarde, los cementerios cubiertos de flores amarillas y de cera derretida de las velas que iluminaron las tumbas, ofrecerán una visión dorada bajo el sol, como testimonio de la alegría que embargó a quienes disfrutaron el reencuentro con las almas de sus familiares.

    Para mayor información, videos y fotografías sobre la celebración de la Fiesta de los Muertos visite: www.dayofthedead.com

    Fotografías de Mary J. Andrade están en exposición en la Biblioteca Martin Luther King, Jr. de San José y en el Museo de Arte en Oakland, California.

    El Festival de Tradiciones de Vida y Muerte 2014 en Xcaret, Quintana Roo, tiene como invitado al estado de Michoacán. Para información visite: www.festivaldevidaymuerte.com

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    Color aroma y sabor en la ofrenda https://dod.mmediaweb.com/color-aroma-y-sabor-en-la-ofrenda/ https://dod.mmediaweb.com/color-aroma-y-sabor-en-la-ofrenda/#respond Wed, 28 May 2014 19:59:02 +0000 https://dod.mmediaweb.com/color-aroma-y-sabor-en-la-ofrenda/ Información en la Exposición de la Ofrenda Magna de la Ciudad de México

    Fotos por Mary J. Andrade

    La forma, el color y la fragancia de los panes son parte del espacio místico que se crea alrededor de la ofrenda;

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    Información en la Exposición de la Ofrenda Magna de la Ciudad de México

    Info ofrendas
    Info ofrendas

    La forma, el color y la fragancia de los panes son parte del espacio místico que se crea alrededor de la ofrenda;

    la penumba, el copal y las parpadeantes ceras, lo enfatizan. Comerse los panes una vez terminada la ceremonia, es también en algún sentido una comunión; así nos comemos a la muerte, la volvemos parte de nosotros mismos.

    El atole, el pozol, los tamales, las tortillas y muchos otros platillos y delicias preparadas con maíz son parte de la comida de la ofrenda.

    Las frutas por lo general se cuelgan en el arco o portal en que se enmarca la ofrenda. Ahí podemos encontrar cañas, naranjas de las llamadas ombligonas, plátanos de distintas variedades: morado, bolsa, roatan y otras frutas de acuerdo con la región.

    En las ofrendas de Tabasco pueden verse las mazorcas de cacao doradas y de vivo color anaranjado.

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    Artesanía Ritual https://dod.mmediaweb.com/artesania-ritual/ https://dod.mmediaweb.com/artesania-ritual/#respond Fri, 23 May 2014 18:49:40 +0000 https://dod.mmediaweb.com/artesania-ritual/ Información en la Exposición de la Ofrenda Magna de la Ciudad de México

    Fotos por Mary J. Andrade

    La colocación de la ofrenda y todas las actividades que se realizan alrededor de la celebración del Día de Muertos,

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    Información en la Exposición de la Ofrenda Magna de la Ciudad de México

    Fotos por Mary J. Andrade

    Copalero

    La colocación de la ofrenda y todas las actividades que se realizan alrededor de la celebración del Día de Muertos, originan una gran producción artesanal de carácter meramente ritual. Semanas antes de las fechas conmemorativas, los artesanos de todo México comienzan la tarea de elaborar objetos rituales que han de utilizarse para el adorno de tumbas, ofrendas y los servicios religiosos.

    Es costumbre de algunos lugares, que los incensarios, los candelabros y las vajillas donde se sirve la comida de los difuntos, sean nuevos; por lo que cada año se prevee el gasto de la compra. Después de usados por el muerto sirven para uso cotidiano.

    Cerámica Pátzcuaro

    Las producciones artesanales son muchas y muy variadas. Destacan las flores de papel estaño del Edo. de México; el papel picado de Puebla; los sahumerios de Chiapas, los ángeles y querubines de azúcar de San Luis Potosí; los monumentos funerarios de alfeñique de Puebla; las Calaveras de azúcar, chocolate y amaranto de la Ciudad de México; los candelabros de Oaxaca; la cerámica negra de Michoacán; los juguetitos de barro pintado de Veracruz; el pan polimorfo de toda la República, y por supuesto, la artesanía culinaria y efímera que elaboran las mujeres para la ofrenda.

    Todos estos productos artesanales cumplen una función específica, están dirigidas a las animas de los parientes muertos y tienen como objeto propiciar su llegada, a la vez que proporcionarles la esencia de los elementos que les permitan mantenerse en buenas condiciones, en el lugar del más allá en que se encuentran. Por otro lado, por medio del ritual de la ofrenda y sus componentes, el difunto obtiene la conciencia de que no ha sido olvidado, de que aún vive en el recuerdo de sus familiares porque es objeto de atenciones especiales el día de la Fiesta de los Muertos.

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